Yoga: Las 8 ramas de Patanjali (I)

Yoga: Las 8 ramas de Patanjali (I)

SOBRE LA AUTORA:  OLGA RUIZ PILATO - https://emoiyoga.com/

 

 

Olga Ruiz Pilato es instructora de yoga, profesora de inglés y español e investigadora de derecho humanitario. Nació y se crió en Valencia, y obtuvo su primera licenciatura en Historia y Política en la Universidad de Sussex a los 21 años. Tras graduarse en 2017, realizó un curso para certificarse como profesora de inglés y posteriormente se trasladó a Vietnam, donde trabajó a tiempo completo como profesora de inglés y a tiempo parcial como tutora de español. El año pasado obtuvo su segunda Licenciatura, graduándose en Derecho Internacional y Europeo (LLB) en la Universidad de La Haya, con especialización en Derecho Penal Internacional, Defensa de los Derechos Humanos y Conflictos, Paz y Seguridad.

 

Desde enero de 2022, ha trabajado como Especialista en Investigación e Informes para ONG de derechos humanos y ha estado involucrada con mecanismos de la ONU, concretamente con el Examen Periódico Universal de la ONU, participando en el Panel de Pre-sesiones en Ginebra para defender y condenar las violaciones de derechos humanos en el ámbito educativo. También ha impartido clases de español, inglés y yoga paralelamente a sus estudios de Derecho.

 

Desde que pisó por primera vez su esterilla durante su estancia en Vietnam, se enamoró de la práctica del yoga y se propuso profundizar en esta práctica milenaria de la India. Con el tiempo, su práctica ha evolucionado más allá de las posturas físicas, entrelazándose con el tejido de la espiritualidad, y manteniéndola enraizada durante todo el tiempo que estudió y trabajó en los Países Bajos.

 

Completó su certificación de profesora de yoga en Rishikesh, India, donde tuvo la oportunidad de profundizar su práctica en las disciplinas sagradas de Hatha y Ashtanga yoga asana. Como ‘yogui’, se esfuerza constantemente para ampliar su conocimiento y comprensión del yoga y la espiritualidad, manteniendo una mente abierta. Olga ha estado viajando por el mundo durante el último año, ofreciendo clases de yoga a hoteles y trabajando online como profesora de yoga e idiomas.

 

INTRODUCCIÓN

El yoga. Lo más probable es que ya hayas oído, visto y leído esta palabra un millón de veces. Está en todas partes. Vemos estudios que utilizan este nombre, vemos vídeos en Youtube sobre ello, vemos fotos en Instagram de posturas “chulas”, artículos sobre sus numerosos beneficios para la salud, y la lista continúa. Es un fenómeno que se ha puesto cada vez más de moda, y casi da la sensación de que todo el mundo lo hace. Sin embargo... ¿cuánto se sabe realmente al respecto? Voy a arriesgarme y decir que probablemente no tanto como creemos.

Hoy en día, el yoga se percibe en el mundo occidental como una técnica de relajación, alivio del estrés y ejercicio físico basado en posturas. Pero hay mucho más en esta antigua práctica hindú que antaño sólo practicaban los hombres santos.

Ante todo, debemos diseccionar la palabra. Yoga. Esta palabra se menciona por primera vez en los antiguos textos sagrados conocidos como los "Vedas", o escrituras. Vedas se refiere a cualquiera de las cuatro colecciones que forman el cuerpo más antiguo de las escrituras indias, compuesto por el Rig Veda, el Sama Veda, el Yayur Veda y el Atharva Veda, que codificaron las ideas y prácticas de la religión védica y establecieron los fundamentos del hinduismo clásico. Se dice que fueron compuestos entre 1500 y 700 a.C. y contienen himnos, filosofía y orientaciones sobre rituales. La palabra yoga procede de la antigua lengua sánscrita y significa "unir" o "enjaezar". En su forma original, la palabra sánscrita "yuj" - "unir"- significa la unión de la conciencia individual con la conciencia universal, a menudo denominada autorrealización o iluminación. En esencia, el yoga se originó como un conjunto de prácticas físicas, mentales y espirituales con el objetivo de controlar y aquietar la mente para, en última instancia, alcanzar un testigo desapegado: la conciencia intocada por la mente (citta) y el sufrimiento mundano (duhkha).

Los historiadores citan la mención de la palabra Yoga en el Rig-Veda, presumiblemente el texto más antiguo de la civilización indoaria que aún se conserva. Sin embargo, la filosofía que más tarde se convirtió en parte del yoga se encuentra en el Upanishad más antiguo, Brihadaranyaka. Maharishi Patanjali, también considerado como “El Padre del Yoga”, expuso sus poderosos conocimientos en las escrituras para que la gente curara sus enfermedades. Esto llegó a conocerse como los sutras, o hilos del conocimiento. Así pues, los Yoga Sutras de Patanjali son la filosofía del Yoga más sistemáticamente elaborada y presentada que hace que el yoga sea fácil de entender y practicar para cualquiera.

Patanjali fue un yogui y un polímata que vivió alrededor del siglo V a.C. en la India. En su hilo de aforismos sobre el yoga, la conciencia y la condición humana, recopilados en los Yoga Sutras, explicó la relación entre el mundo natural y el alma trascendental más íntima. En sus Yoga Sutras, proporcionó una guía detallada sobre cómo vivir una vida con sentido y propósito, conocida como el óctuple sendero. Ashtanga, palabra sánscrita formada por "ashta", que significa ocho, y "anga", que significa miembro, se conoce comúnmente como los ocho miembros del yoga, y sirven como prescripción para una conducta moral y ética de autodisciplina. Los ocho miembros del yoga son yama (restricciones), niyama (observancias), asana (posturas), pranayama (control de la respiración), pratyahara (retraimiento de los sentidos), dharana (concentración), dhyana (meditación) y samadhi (contemplación pura).

En este texto, vamos a hablar de la primera rama del yoga, que es el YAMA (Restricciones). Los Yamas son principios éticos y morales que guían nuestras interacciones con el entorno y las personas que nos rodean. Estos principios son fundamentales para la práctica del yoga, ya que establecen una base sólida para el desarrollo personal y espiritual.

YAMA (Restricciones)

Los yamas consisten en cinco principios morales que delinean las directrices sobre cómo debemos comportarnos al relacionarnos con nuestro entorno. Son los siguientes:

"Ahimsa" (no violencia)

Ahimsa tenía probablemente un significado claro y directo para el público inicial de los Yoga Sutras, y su prohibición de la violencia sigue siendo pertinente en el mundo actual. Además, algunos practicantes modernos de yoga entienden ahimsa como un estímulo para adoptar un estilo de vida vegetariano, creyendo que todas las criaturas vivas merecen un trato compasivo y no violento. En este sentido, este principio nos sugiere abstenernos de infligir dolor corporal o mental a los seres vivos que nos rodean.

"Satya" (veracidad)

Abogar por la honestidad es un principio moral fundamental que probablemente resuene en la mayoría de la gente y siga siendo relevante hoy en día. Especialmente en una época marcada por el engaño institucionalizado, en la que la falsedad se respalda incluso en sectores prominentes de la sociedad bajo el disfraz de “hechos alternativos”, el imperativo de defender la verdad y apoyar a quienes lo hacen resulta cada vez más vital.

"Asteya" (no robar)

En la época de Patanjali, esta advertencia se refería principalmente al acto de apropiarse de las posesiones de otra persona. Aunque este consejo sigue siendo pertinente (y lícito), el espectro del robo se ha ampliado considerablemente en la actualidad, abarcando formas menos llamativas. Ya se trate de propiedad intelectual, logotipos o imágenes de Internet, abstenerse de tomar lo que no te pertenece sigue siendo crucial. Para los yoguis contemporáneos que aspiran a encarnar asteya, dar prioridad a la originalidad es, sin duda, un enfoque encomiable.

"Brahmacharya" (autocontrol)

También traducido como celibato o evitación de la conducta sexual inapropiada, Brahmacharya es quizás el yama que requiere más adaptación para alinearse con el estilo de vida de los yoguis modernos. Aunque es probable que su significado inicial implicara una abstención completa de la actividad sexual, los practicantes contemporáneos pueden encontrar este enfoque difícil de integrar. Sin embargo, esto no significa que hoy debamos adherirnos al celibato. En cambio, conceptos como la fidelidad, el compromiso y el fomento de relaciones transparentes y respetuosas con nuestras parejas pueden servir como alternativas viables para los yoguis en el mundo actual.

"Aparigraha" (altruismo)

He aquí un desafío intemporal que persiste sin necesidad de ninguna reinterpretación moderna. La codicia, los celos, la envidia y la avaricia parecen haber formado parte de la naturaleza humana desde tiempos inmemoriales. Superar estas emociones puede ser una tarea formidable. Una estrategia para navegar por ellas es reconocer la sensación cuando surge, aumentando así la conciencia de su presencia. Al reconocerla, nos capacitamos para resistirnos a quedar atrapados por ella.

En conclusión, teniendo en cuenta que la ciencia de Patanjali se refería exclusivamente a la mente, podemos observar que Ahimsa, o no violencia, trata de eliminar la ira o el odio de la mente; Asteya, o no robar, libra a la mente de la codicia; y Satya, o veracidad, en última instancia, elimina el miedo de la mente. Además, Brahmacharya, o la no conducta sexual inapropiada, elimina la lujuria de la mente y, por último, Aparigraha, o el altruismo, impide la esclavitud mental. Todos estos pétalos del camino del yoga sientan las bases para la siguiente rama, Niyama, y preparan al practicante para el objetivo último de alcanzar Samadhi o iluminación.

 

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